Separada, pero sin paga

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La maravillosa Martirio, cantaba, allá por los años 80, creo recordar, una canción que decía: «soy separada, sí, separada, pero sin paga…» y que no consigo sacarme de la cabeza desde que he leído el asombroso caso de Ana Mato y su discapacidad para recordar si estaba o no casada con el gurtelino Jesús Sepúlveda en aquellos tiempos en que la Gurtel se encargaba de numerosos gastos domésticos del matrimonio.

Ella cuenta que está separada del imputado desde el año 2000 y que por eso nada tiene que ver con las conductas ilícitas de su ex, pero la Agencia Tributaria dice lo contrario, no solo no está separada legalmente, sino que durante aquellos años tan «sobrecogedores», estaba casada y en régimen de gananciales con Jesús Sepúlveda, el padre de sus hijos y lo seguía estando, como mínimo en el 2007.

No sorprende que Ana Mato no sepa si es separada pero sin paga o casada pero con morro porque tampoco vio un Jaguar aparcado en el garaje de su flamante chalet, que la trama Gurtel había regalado a su intermitente marido, Jesús. Tampoco sabe Ana que era Correa quien pagaba las fiestas de cumpleaños en su casa o la comunión de sus niños o los viajes familiares o los viajes de la hoy Ministra…

Yo que me separé en el año 99, que en aquellos años no había divorcio express y primero tenías que separarte y después pedir el divorcio, recuerdo bien los sinsabores que me produjo ese fracaso personal que siempre es el final de una relación matrimonial, más aún, cuando en ella hay hijos de ambos que sufren las consecuencias, no comprendo como la Ministra de Sanidad no tiene clara cuál es su relación con Jesús Sepúlveda, su marido y padre de sus hijos.

Una separación o divorcio requiere mucho papeleo, abogados, horas de negociación sobre el futuro de los hijos, sobre el reparto de bienes, sobre las pensiones a las que tienen derecho unos u otros, regímenes de visitas, vacaciones, utilización del domicilio conyugal… Un laberinto de pena, rencor, dolor, agravios y pérdidas, que todo el que ha pasado por él tarda en olvidar, ¿todos? no, la Ministra Ana Mato ha borrado el episodio de su memoria hasta tal punto que hoy es incapaz de aclarar su estado civil cuando es preguntada por ello.

La Ministra del COPAGO sanitario, la que obliga a nuestros mayores a pagar más por los medicamentos que necesitan para mantener su calidad de vida, la que cobra los desplazamientos en ambulancia que los enfermos crónicos utilizan para seguir recibiendo sus tratamientos, la que cobra por las sillas de ruedas o las prótesis, como si fueran un capricho para aquellos que tienen la desgracia de necesitarlas, la que cobra por la alimentación que enfermos oncológicos requieren para soportar el duro tratamiento a base de quimioterapia, la que cobra por lo que es un derecho NO PAGABA sus propios gastos personales y familiares.

Esto sería cómico si no fuera dramático. La Sanidad Pública en manos de alguien que o bien no tiene escrúpulos para recibir regalos de una trama corrupta como la Gurtel, de mentir sobre su estado civil para echarle la culpa a  su marido de sus propios actos, de recibir sobresueldos en Génova sabedora de que provenían de comisiones ilegales pagadas por grandes empresas a cambio de favores políticos; o bien no se enteraba de nada lo que dice muy poco sobre su capacidad intelectual y de responsabilidad.

PD Mi columna de los jueves en Diario Progresista, hoy LOS SALVAPATRIAS

Acerca de martuniki

Progresista, celíaca, menopaúsica, "jarta" de la política actual.

Un comentario »

  1. La Gurtel se ocupaba de los gastos domesticos de toda la cupula del PP, no solo de Mato y Sepulveda, incluso, creo recordar que se ocuparon de la boda de la hija de Aznar con la ayuda inestimable de la comunidad y ayuntamiento de Madrid cada uno a su nivel… si es que… esas compañias!!! Dios los cria y ellos se juntan. A que al final reaparece entre los «beneficiarios» el yernisimo de Aznar, te apuestas algo?

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